Antes de las moscas, del calor agobiante y la huelga en el cementerio, parece haber tranquilidad. Nadie ve que el pueblo ya está encerrado en su propio polvo de linajes feroces. Esperan un milagro. En medio del sofoco, la protagonista de esta historia está decidida a esquivar esa herencia. Hecha en la brutalidad y lo agreste, es una mujer que se sabe deforme. El misterio de su familia, de su madre dueña y señora, de su padre débil que mira el río. Ella planea la desaparición de lo que son. Pero nada alcanza cuando lo que tiene que pasar pasa y viene con fuerza salvaje. La llegada de dos extranjeros con sus biblias en las manos cambia el destino de las moscas, de la familia y de los habitantes del pueblo. Hay una advertencia: No confíen en lo que llega sin avisar y se queda.
En El amor es un monstruo de Dios, Luciana De Luca retrata la complejidad y lo siniestro del alma humana. La oscuridad del amor y sus representaciones son encarnadas en personajes que deambulan sin un dios que los salve.